viernes, 2 de abril de 2010

Sueño rosa


Joder, cómo voy de empalmado. Como que no hago otra cosa que acordarme del último video que vi mientras me hacía una buena manola. Pero he de concentrarme en la circulación, que encima que voy por la autovía a ciento sesenta no estoy pendiente de la carretera, pero cada vez que me acuerdo de las dos rubias en la bañera… Dios, como me estoy poniendo. Vaya pedazo de video, que buenas estaban las muy hijas de puta. No entiendo como dos chochetes tan preciosos pueden dejarse grabar de esa manera, para que luego cuelguen el video por internet y sirva de desahogo a millones de vergas como la mía. A lo mejor eso es lo que las pone más calientes, el saber que un pringado como yo se la está cascando mientras una de ella está a cuatro patas con los brazos hacia atrás dejando que su rosado coño estuviera al frente para que su amiga lo penetrara con una polla de goma de unos treinta centímetros de color rojo turquesa. Y como bombeaba el manubrio la amiga mientras la equilibrista jadeaba cada vez más hasta que llegó a caer de su postura mientras temblaba en pequeños espasmos. Y justo ahí me corrí, saliendo disparada mi leche contra el suelo formando un arco tal como los que forman los cohetes cuando explosionan en el cielo. Ah, como me duelen los huevos solo de pensarlo. Tengo que follar. Si, ese va a ser mi propósito de año nuevo, follar. Pero ahora mismo me voy a centrar en conducir hasta que llegue a mi destino. Voy a poner música, para centrarme en la carretera.

“Apaga las luces no soporto que me veas llorar
Porque has insinuado que me falta dignidad
A escondidas busco otro disfraz
Y mil posturas que ensayar
Estás tan fría y cada vez que cedo
Tu olvidas que caíste y ahora es imposible
Deshacer lo que me hiciste….”

He llegado. Aun es temprano. La verdad es que he corrido bastante. Debo tener cuidado, no están las cosas para muchas tonterías, tengo un montón de multas impagadas por mal aparcamiento. Sólo falta que me pongan una por ir a demasiada velocidad y que se den cuenta de toda la retahíla de multas que tengo impagadas. Me pondrían un multazo del carajo. Y no está el horno para bollos. Joder, que buena está esa tía. Tal como tengo los huevos le metía un par de polvos que se quedaba nueva. ¿Por qué no serán las cosas tan fáciles como en una película porno? Ahora ella tendría que reparar en mi presencia, venir hacia mi y pedirme fuego. Yo le contestaría que no tengo pues no fumo, pero que tengo una cosa muy caliente que a lo mejor le sirve para mitigar sus ganas de fumar. Ella me preguntará lascivamente -¿Y qué cosa es esa, si se puede saber?-, a lo que yo le contestaría -El señor púrpura-. Me desabrocharía la bragueta y sacaría mi gran pollón. Bueno, digamos que por cosas del zoom parecerá más grande de lo que realmente es y ella solícita se dispondrá a metérselo todo en su boca, empezando una mamada que me dejaría nuevo. Hala, ya estoy otra vez empalmado. Si, definitivamente, tengo que follar. Me hace falta un buen polvo. Uno que me haga salir del piso para ponerme a bailar con todos por la calle, como ha salido en tantas y tantas películas. Estaría bien, si. Ay, que poco cuesta soñar.